Sixto Genaro Meneses Castañeda

Sixto Genaro Meneses Castañeda
chicho (seudonimo: AGORAFILIA)

SIXTO GENARO

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Guadalupe, Pacasmayo, Peru
* moreno * alto * pelo plateado * casado * hogareño * amigable * feliz * Dirección Alianza 456 Guadalupe * Telf: 044-566617 * Celular 9782476

viernes, 13 de julio de 2012

5.- HISTORIA DEL BALENARIO DE LA BARRANCA

 5.- HISTORIA DEL BALENARIO DE LA BARRANCA

La primera versión del origen de La Barranca: Es que en este lugar ya estaba ocupado por naturales pescadores descendientes de los Incas, que volvieron y se quedaron en este lugar después de la destrucción de la ciudad de Pakatnamú con el sometimiento de los Chimús por Túpac Inca Yupanqui. Según Zárate, uno de los más serios levantamientos tuvo por protagonista al Chimú Cápac, cuyos dominios abarcaban cien leguas de costa. El cronista no ofrece detalles de los acontecimientos, sólo dice que venció el Inca y que el rebelde murió ejecutado. Historia del Tahuantinsuyo - pag. 125. "La suspicacia que produjo la insurrección del Chimor trajo una consecuencia más: la dispersión de su gente, que fue enviada a numerosos lugares del Tahuantinsuyo en calidad de mitimaes" Historia del Tahuantinsuyo - pag. 126.

En este levantamiento estuvo involucrado el señor de Pakatnamú. El Inca para castigar tal osadía mandó quemar la ciudad de su residencia. La próspera y floreciente ciudad de Pakatnamú ha perecido bajo las llamas por manos incas. Sus habitantes humillados y sojuzgados con mano de hierro y muchos de ellos diseminados por diferentes partes del territorio por haber participado en la rebelión contra el Inca.

Dicha ciudad no volvió a reconstruirse más, porque unos años después llegaron los hispanos, los Pakatnamú los recibieron como a sus salvadores de la opresión inca y colaboraron afablemente con ellos para la destrucción del poder incaico. Sus pobladores siguieron habitando la ciudad hasta el año 1572, época en que sucedieron las reducciones, cuando fueron obligados a abandonarla.

Después del meganiño de 1720 que destruyo Zaña y los pueblos agricultores de la costa norte, demográficamente empiezan a reagruparse con el problema alimenticio grave y la suplen haciéndose pescadores y mariscadores. Algunas familias optan por tierras fértiles del valle de Jequetepeque muy cerca al mar así aprovechan para cultivar maíz y pan llevar por las bondades del rio Jequetepeque rico en peses, camarones, langostas y la pesca, marisco abundante del mar de La Barranca.
La segunda versión del origen de La Barranca: Esta playa está asentada en una superficie relativamente plana con pendiente hacia el mar y subsuelo correspondiente a un deposito sedimentario de origen marino. Está formado por una sucesión de estratos graníticos con arena fina, tierra salitrosa y piedras. Sus aguas eran ricas en diferentes variedades ictiológicas tan abundantes que los peces se salían a la orilla llenas de piedras y se les podía capturar con la mano. Los pescadores de Pacasmayo bajaban a pie por la orillas de playa cargando sus artes de pesca y construyeron pequeñas chocitas donde descansar después de su faena y alguno de ellos decidieron quedarse.

La tercera versión del origen de La Barranca: Es que La Barranca tuvo sus orígenes en base a unos campesinos que a la vez eran pescadores y para completar el sustento de sus familias viajaban a burro o mula a este lugar con sus artes de pesca, construyendo sus primeras chozas de palos rústicos y totora amarrada y tejida por ellos mismos, las faenas agrícolas la hacían en las haciendas y fundos pegados al río Jequetepeque y la compartían con las bondades que brindaba el mar. Estos primeros pobladores se asentaron en este lugar y le dieron el nombre de Barranca por el farallón que sobresalía en la parte alta y que continúa hacia el norte.
La historia de La Barranca de este libro empieza con los recuerdos orales de aquellos que vivieron en ese hermoso lugar más o menos en el año 1918, por que antes solo fue un lugar de pescadores y era un camino que permitía a los Guadalupanos llegar a la Boca del Rio que fue el balneario donde vacacionaban gente acomodada de Pacasmayo, Jequetepeque y Guadalupe, es decir la Boca del Rio como balneario fué mucho más antiguo que La Barranca.
En el año 1922 algunas personas de Guadalupe creyeron convenientemente quedarse en La Barranca por ser una playa rica en mariscos y especies ictiológicas estos encontraron a una persona que ya estaba estable en estos lugares llamada Rudecinda Castañeda que vivía en la bajada de La Barranca.
Posteriormente vino a vivir don Domingo Yengle Asían junto con toda su familia, el señor Camacho, don Manuel Esteves, el señor Alquizar, doña Flora Hear fueron los nombres y apellidos más antiguos registrados en La Barranca. Posiblemente doña Rudecinda Castañeda habría llegado con su familia mucho antes de 1918 y con estos nuevos moradores permanentes que pasaban acompañados toda la vuelta del año y que vivieron de la pesca y del marisco.
También llegó una familia Lapuan que posiblemente trabajó en Faclo como administradores de esta hacienda, posteriormente algunas familias fueron poblando La Barranca como veraneantes hasta que llego las lluvias del año 1925 que trajo consigo una ola de calor ambiental abrumador que hizo que un gran número de familias de Guadalupe buscara un mejor clima y tomara decisión de escoger a La Barranca como lugar ideal.
Así Llegó Alejandro Benítez como primer panadero de La Barranca y don Juan Sosa encuentra una manera de ganarse el sustento diario vendiendo la totora, la enea, carrizos, pájaro bobo, algarrobos que producía La Laguna y el Dique para los techos de La Barranca también hacia esteras y petates.

La Señora Juana Horna de Paredes monto un hostal que era además hospedaje y restaurant que se llamaba el “Hotel Celeste” y estaba ubicado entre los ranchos de Martín Horna y Quintanilla, tenía cuatro dormitorios con puertas rusticas y en el corredor tenía una media docena de hamacas, este hotel dura desde el año 1925 hasta el año 1940. Existía también una mariposa de viento para sacar agua que estaba ubicado por el actual pozo de La Barranca.
Aunque algunas familias decidían buscar la fresca de Pacasmayo. Los que tomaron la decisión de venir a La Barranca lo hacían en burros, mulas, caballos cargados de capachos, y traían barbacoas como camas de vientos y hamacas esto fue más o menos hasta los años 1930. A partir de esta fecha comenzó la construcción de adobe, remplazando a los de quincha y estera cubiertos de barro a tal punto que al finalizar los años 1930 los ranchos ya eran de adobes pero sus techos todavía eran de esteras.
En el año 1936 hubo una serie de temblores en el mes de marzo que causo ausentismo en La Barranca. En los años de 1940 tuvo una gran importancia La Barranca porque la gente ya decidía pasar su verano solo en La Barranca dejando de lado a Pacasmayo y La Boca del Río y los automóviles ya llegaban por camino carrozable con gran dificultad a la playa, pero las mejoras en La Barranca ya se podía decir que ya era un balneario con intención de pueblo.
En los años 1950 llegó el señor Cesar Augusto Gómez Azcarate quien fue diputado por Contumaza con influencia del gobierno de Manuel Prado y con gran roce social en Cajamarca, Trujillo, Pacasmayo, Chepén, Guadalupe y que se preocupó de darle impulso a La Barranca por haberlo escogido como sitio de pasar sus vacaciones en el verano. Gómez Azcarate le dio impulso político y con maquinaria mejoró 12 kilómetros de carretera.
En los años de 1960 La Barranca era un gran Balneario donde quedaban escasos ranchos rústicos, la mayoría de ranchos eran de material noble con techo de torta, con varas de algarrobo, con puertas de madera y grandes ventanales.
Al principio de los 70 hubo una decadencia de moradores hasta que hubo una gran subida a fines de los 70 y en los años de 1983 debido al fenómeno del niño hubo una grave caída de pobladores, por que los antiguos moradores dejaron de ir, formándose una nueva oleada de nuevos veraneantes.

José Francisco Yengle Torres llega a vivir en La barranca cuando tenía 9 años fue hijo de Domingo Yengle Asían y de doña Guadalupe Torres Collao. Existía una familia chiclayana que se apellidaba La Puente que pasaba sus vacaciones, quien tenía un rancho que se distinguía de los demás por su construcción, uno de sus hijos era llevado por José Yengle en caballo hasta Pacasmayo y de allí tomaba su carro, para que estudie en el Internado de San Pedro su secundaria, por que en aquellos tiempos estudiaban solo en provincia y lo hacían todos aquellos que tenían dinero.
Don José Yengle llega a vivir en forma permanente desde el año 1940 hasta el año 1953 afirma que quien le dio vida a La Barranca fue don Humberto Vera La Venita, porque él fue que hizo el primer rancho de adobe en el año 1947, el albañil que construyo el rancho fue don Manuel Ibáñez, la idea de don Humberto Vera La Venita, era que por lo menos la frontera fuera de pared aunque el resto de los ranchos sean de quincha y de esta manera se formen las calles. Como son los ranchos de Adriana Ruiz, y Julio Meneses Ruiz.
Otro de los que vivían en forma permanente fue Don José Barrueto (Patón Leyva), Pedro Leyva, Carolina de Leyva, Alberto Leyva, La Gringa Leyva, El Gringo Leyva, Juan Leyva, y su hermana la Chula, Juan Paredes, Pablo Paredes (cuñado de José Barrueto), Manuel Esteves Zorga, Israel Plaza, El señor Camacho, Manuel Aldea Santiago Aldea, Lorenza Carrasco y Manuel Cabos.
Don Domingo Yengle solía ir a Jequetepeque a las cinco de la mañana antes que cante el gallo a comprar el pan y traía para su casa y para vender a los moradores pero también fiaba el pan y como no sabía contar ni leer terminaba siempre perdiendo su dinero, el sabia quien le debía pero no sabía cuánto le debían.
Quienes veraneaban en La Barranca fue Don Manuel Aldea casado con la señora María Dolores Revilla Meneses tenían su rancho en la parte alta de La Barranca (Bella Vista) y tenía hijos que se llamaban: Andrea Aldea Revilla, Santiago Aldea Revilla, Cirilo Aldea Revilla, y Francisco Aldea Revilla. Andrea se caso con Julio Rubio Vilca y tuvieron hijos José María, Eduviges, Esther, Carlos y Julio. Su rancho era el que ahora es el de Don Lucas Cruzado y el de Don Manuel Ramírez. Ellos recuerdan que cruzaban el dique y el río Jequetepeque hasta llegar a Santa Marta donde compraban leche. También recuerdan que en esta parte alta de Bella Vista se celebraba la fiesta llamada Cruz Verde o Cruz de Mayo.

Los Ninfor de Pacasmayo eran unos pescadores que usaron dinamita para matar a los cardúmenes de peces en forma masiva, estos contrataron a los moradores que con caitos recogían los pescados muertos, uno de los pescadores de apellido Tocororo se voló la mano al no lanzar a tiempo la dinamita. Otro accidente fue con uno de los Ninfor que le reventó la dinamita en la cara matándolo en el acto en el lugar llamado Los Litares, este prendía cinco dinamitas a la vez con diferentes tamaños de mecha y cada una de los explosivos era lanzado en ruedo donde estaba el cardumen de peces.
En La Barranca existía un rancho de madera de propiedad de Pancho Reaño que estaba más allá del MonteCarlo, levantado en pilotes incrustado en la arena en plena playa, que fue destruido por la crecida del río Jequetepeque que también destruyó La Barranquilla y Parte del Rancho MonteCarlo.

Los pescadores reconocidos era Humberto Leyva, Santiago Aldea, Juan Paredes, Arístides Cabos, Siles Cabos, José Yengle ponían peñeros y atarrayas. Existían tiendas como la de Justiniano Florián y Pablo Florián, Doña Adriana Ruiz, Eulogio Horna y la picantería de Don Héctor Paredes. Don Justiniano Florián solía llevar su botiquín de primeros auxilios pero como era evangelista los sábados no cobraba así que los moradores, solían enfermarse solo los sábados.
En 1918 llegó a La Barranca Don Manuel Esteves Zorga junto con su esposa la Sra. Isabel Paredes Guzmán y tienen un hijo llamado Agustín Esteves.
Don Agustín Esteves cuando fue mayor de edad en 1940 se fue a vivir a La Barranca junto con su familia, por un lapso de diez años allí trabajo con el alemán Gemerle, por la gran cantidad de pescado y marisco que existía en esta playa y se trasladaba de Guadalupe a La Barranca en burro y a caballo, hasta que unos pescadores de Pacasmayo llamados los Ninfor usaron dinamita para extraer pescado, esta forma explosiva, mato muchas especies del medio y desapareció las bondades de la naturaleza, sufriendo las consecuencias actuales.
Don Agustín Abanto Abanto fue a la Barranca cuando tenía 14 años en año 1938 y dice que ya existía 10 viviendas rusticas de quincha de caña con barro y totora las cuales estaban dispersas sin ningún orden, cuyos supuestos dueños alquilaban a los veraneantes. La Familia de Don Tomas Colmenares y la Sra. Jacinta Saavedra, con sus hijos Jorge Colmenares Saavedra, Juaneco Colmenares Saavedra y Augusto Colmenares Saavedra estas personas en época de temporada disfrutaban de unas merecidas vacaciones y llevaban al serranito Agustín Abanto para que les cargue agua de la laguna que en aquel entonces era un totoral que se alimentaba de una acequia del Dique de este totoral se sacaba el material para los caballitos de Totora.
Agustín Abanto vendía agua a un centavo la lata, también hacia mandados como traer leche y pan de Faclo Grande, verduras de Talla del terreno de Alejandro Saavedra y usaba como movilidad un caballo, a la vez vendía agua a la señora Graciela Saavedra y a su esposo el señor Salvador Biffi. También pasaban la temporada el Gringo Niman que conducía la Hacienda de Limoncarro, Casa Grande, Huacaruco, Faclo Chico, Faclo Grande, Chafan Chico, Chafan Grande.
Había un rancho en los años 1920 y 1930 donde había una bodega de un chinito llamado Federico Ma, que abastecía a todos los pescadores de víveres y artes de pesca, este rancho rustico fue comprado por Juan Luperdi.

Juan Luperdi proyectó hacer un hotel con fines turístico, que le llamaría “El MonteCarlo” este contrató los servicios de la compañía del Gringo Alvino de nacionalidad Uruguayo que vivía en los balcones de la Plaza de Armas de Guadalupe quien llegó a Guadalupe durante la segunda guerra mundial (1939-1945) acompañado de su esposa Margarita de Alvino y su intención era construir un hotel de turistas, Alvino encarga el diseño al arquitecto de apellido Torero quien ya había diseñado la Plazuela Tomas Lafora de Guadalupe.
Los veraneantes de aquella época fueron Augusto Marquina, Lisandro Marquina, Abel Ascoy, Celso Ascoy, Adalberto Ascoy, Pancho Yengle, Elena Montero, Juan Pisfil y Mari Serna, Ramón Paredes, Augusto Paredes.
Los pescadores de aquella época fueron Don José Ventura, El Negro Santiago Canales, Ciro Villar, Timoteo Villar, los albañiles de La Barranca fueron Don Juan Rodríguez quien construyo el rancho de Julio Meneses, Ángel Serna Nureña, el Zambo Arias, quien construía puertas y ventanas de madera Humberto Ahumada, existía dos tiendas la de Adriana Ruiz y la de Cholo Gómez quien vendía chicha de jora, también tenía sus peleadores a puño limpio como: Don Papa buena o Santiago León; el vagón Quispe y el mayordomo de la calera Jorge Gavidia.
Algunos pobladores de Guadalupe empiezan a llegar con la intención de veranear, descansar y saborear el pescado fresco. Así llegaron doña Agustina Ortiz quien fue mamá de de todos los Veleros Rázuri, aunque estos lugareños estuvieron poco tiempo, levantaron un ranchito de caña y totora, cuyo sitio le vendieron a Don Rolo Carrasco quien a la vez lo sede al nombre de su esposa doña Estela Vera de Carrasco.
Otro personaje que llegó a veranear por motivo de salud, fue don José Horna, quien construye un ranchito en La Barranquilla. Luego empezó a llegar la nuera de doña Agustina Ortiz, Doña Lola Cortez y Julio Rázuri quienes después de tres temporadas deciden ir a la Bocana. Otro personaje fue Don Juan Asían Arévalo
Los ranchitos de La Barranca de aquella época eran de caña brava con barro, el techo era de totora, estaba armado con horcones de algarrobo, que se amarraban con otros palos menos pesados, hasta armar la estructura y dar forma a las habitaciones que servirían para la sala, comedor, cuartos, cocina y corral. Estos últimos eran importantes porque en aquel lugar estaba el fogón de adobe acompañado de la leña y el batan para moler el ají y el ajo ingredientes de los ceviches.

Doña Zoila Prieto solía decir que a La Barranca se iban a veranear desde Enero hasta Mayo que era la época de las clases para los que estaban en edad de estudiantes por lo tanto en aquellas épocas era un verano largo donde se disfrutaba de la energía positiva y cree que los antepasados lo sabían, es por eso que formaron su cultura.
Blanca Nieves Carbajal de Balarezo esposa de Don Alfonso Balarezo Carbajal tiene los siguientes recuerdos gratos de La Barranca ella fue a La Barranca con sus padres por los años de 1930 y tenía un rancho donde ahora está ubicado la antigua capilla, es decir en el alto del cerro, sus padres mandaban todas las semanas un caballo o un burro con un propio, para traer las provisiones de Guadalupe, ellos vivían con su tía Zenobia de Ferre de allí se divisaban algunos ranchos como el de Mercedes Balarezo Horna quien salaban su carne para hacer cecinas y las tendían en cordeles en la bajada del cerro y tenían que tener cuidado porque los gallinazos de vez en cuando se comían alguna cecina, recuerda que toda la familia salía para visarle cuando esto sucedía, así cuando también el mar comenzaba a varar pescados nosotros desde lo alto avisábamos dando gritos y toda La Barranca acudía a la playa.
Otro de sus recuerdos es la fiesta de la cruz en la época que ya estaba casada con Alfonso Balarezo este solía poner cordones de luz y con tarros de leche iluminaba la playa en las noches, también el cerro lo iluminaba con mechones de petróleo, también hacia noches deportivas, llevaba también al cura para que oficie misa en el rancho de doña Josefina de Quintanilla y Víctor Quintanilla, también se hacía almuerzos en el Jirón de La Unión donde participaba en la cocina la tía Adriana Ruiz y la tía Irma de Ibáñez con la ayuda de Vicente Quiñones, estas mismas personas participaban del reinado de La Barranca junto con Julio Meneses, lo bueno que en aquel entonces todo era una unión y todos participaban con sus almuerzos y bailaban al son de la banda de músicos de los Caribeños de Aspericueta. Participaba la señorita Colchao de Chepén, Gómez Azcarate, Young Balarezo, Doctor Manuel Vera Bocanegra, Los Florian, Carlos Che y sus hermanos, Rolo Carrasco y Estela Vera, Carlos Carrasco, Arturo Saavedra, El Doctor Barrantes (Cachito), Lucas Deza, Lola Horna, Maruja Young, Luis País, Carlos Torero, Zoila Bay, Los Quiñones, Los Moyano, Julio Fernández, Dolimbram Mora, Rosaura Banda.

Alfonso Balarezo hizo un desfile de disfraces e hizo que desde Pakatnamú bajara una comitiva de chimús quienes danzaron hasta la playa, también hacia festividades deportivas todos los domingos, los veraneantes gozaban de estos acontecimientos y se organizaban para jugar un partidito.
En Guadalupe sale elegida reina de Carnavales una hermosa jovencita de quince años Isabel Flores junto con Marina Torero en el año de 1945 y se hizo un gran paseo a La Barranca cuando todavía se caminaba en camiones por la ruta de Faclo. Fue un día domingo cuando en La Barranca se celebraba también este acontecimiento con pasacalles y carros alegóricos, en aquel lugar estaba María Fernanda Vera y mucha gente jugando con agua, serpentinas de colores y chisguetes de perfumes. Las reinas fueron bañadas con ropa y todo en la laguna.

Resulta que los veraneantes de Chepén tenían sus ranchos en una hilera de la Rivera al final de La Barranca, Cesar Augusto Gómez Azcarate, Paco Peralta, Lucio Deza, Citu Po y se corrió la noticia por La Barranca que estos veraneantes querían apoderarse de La Barranca y se decía que estaba liderado por Cesar Augusto Gómez Azcarate quien estaba haciendo algunos trámites para construir la carretera Guadalupe –La Barranca, esta noticia llegó hasta Guadalupe producto de la cercanía de pueblos, formándose una comisión pro defensa de los intereses de Guadalupe tanto en Guadalupe como en La Barranca y cuando llegaron los Generales enviados por el gobierno de Manuel Prado, dos camiones llenos de gente, sumadas varias movilidades se dirigieron hacia La Barranca con el fin de impedir cualquier acta firmada por las autoridades locales.
El primer grupo que se organizó con fines de mejoras, estuvo presidido por Don Emetrio Horna. El primer rancho de adobe lo hizo, Humberto Vera luego Martín Horna, Lucas Deza, Adriana Ruiz, Julio Meneses, Juan Luperdi con su rancho El MonteCarlo, Don Pedro Deza, Don Víctor Quintanilla; estos personajes prosiguieron con la tradición de ir a La Barranca, fueron los que contagiaron a los demás propietarios, para que de adobe se levantara un pueblito con miras de ser un distrito.
Isabel Flores de Lostaunau esposa de Lucho Lostaunau Rázuri tuvo la oportunidad de pasar vacaciones cuatro años en La Barranca por los años 1956 con sus hijas Lita y Ñaña y acudía desde los primeros días de enero, usaban el rancho de la parte baja del rancho recién construido de Martin Horna este rancho era de dos plantas y fue el primer rancho de material noble y podía albergar cuatro familias dos en la primera planta y dos en la segunda planta, en la parte de abajo veraneaban la familia Lostaunau y la familia Quiroga
La parte alta la ocupaba Jorge Gamero y Victoria Levy con sus hijos Jorge Gamero Levy (Coquí), Salomón Gamero Levy, Víctor Gamero Levy (Vito), Susy Gamero Levy, Estela Gamero Levy, Victoria Gamero Levy (Vicky), Carlos Gamero Levy (Charles), Isaac Gamero Levy, Moisés Gamero Levy.

También veraneaban en aquella época Estelita Castañeda, La familia Colchao de la ciudad de Chepén, Isabel Colchao tenía un familiar aviador que en avioneta arrojaba todas las semanas un paquete de víveres muy cerca de la laguna también arrojaba caramelos para los niños y La Barranca se vivía un momento de una fiesta. También asistía la señorita Lola Horna con su familia, Virgilio Ula y Ramón Villar, Irma Ortiz de Ibáñez, Adriana Ruiz y Choyo Mora, Julio Meneses y Ana Castañeda de Meneses junto con sus hijos y amigos.
Existía un rancho de madera con pilotes que se tenía que subir por una escalera de barandas muy cerca del mar, que quedaba al frente del rancho de Martin Horna de propiedad de Oscar Novoa, en esa época se comienza a construir el rancho llamado MonteCarlo de propiedad de Don Juan Luperdi muy distinto de todos los ranchos con intenciones de dar albergue a los turistas.
En el rancho de Don Oscar Novoa sucedió algo trascendental, por que en aquel lugar se reunieron las mejores personalidades de la época, con la intención de crear “El Tigres Club de Guadalupe” se nombro un secretario que recayó en el Ilustre Guadalupano Lucho Lostaunau Rázuri y se hizo una acta histórica con los nombres de los verdaderos fundadores, luego se tuvo una segunda reunión en Guadalupe donde se incrementó a los socios junto con los fundadores. De esta manera se cristalizó las conversaciones de amigos que nacieron en La Plaza de Armas de Guadalupe.
Las movilidades que hacían servicio a La Barranca fue la del difunto Alejandro Balarezo el famoso “Cochona el niño lindo” este ciudadano trabajaba con Don Alfonso Figuerola quien tenía unos ómnibus muy parecidos a la Empresa Velásquez pero eran unos carros un poco más chicos llamados góndolas, Don Alejandro se fue a veranear a La Barranca y hacia sus cachuelos de ida, pero no se aseguraba la vuelta, porque la gente prefería regresar gratis a Guadalupe en camionetas.
Las Movilidades que hacían transporte de pasajeros fueron “La Piragua” de Serrano Emilio, La Movilidad de Carlos Casartelly, “La Góndola sin Calzón” de Alejandro Balarezo (Cochona), “Una Ventura Más” de Pancho Yengle, “Ángel de Media Noche” de Cesar Valera (coyote), La Camioneta de Rena, La Combi de la Señora Fina.
Se vendía alfajores y biscochos de calidad de la marca renombrada de don Juan Felipe, este tenía un ayudante llamado “Joque” era un muchacho recién llegado de la sierra y cuando vio por primera vez el mar dijo: “este rio tiene un agua que hierve”.
El atractivo de La Barranca era evidente y notable; así se cuenta que el Zurdo Carbajal solo venia de EE.UU a La Barranca pasaba su cumpleaños, veraneaba dos meses y regresaba a EE.UU.
Don Julio Meneses Ruiz y Doña Ana María Castañeda, solían celebrar sus cumpleaños y fiestas sociales en La Barranca, por lo que contrataba los servicios de Santiago Aspericueta Cabañillas quien era dueño de la Banda Show de los Caribeños cuyos integrantes fueron: Jando Vásquez quienes tocaba la bandolina, Calasancio Cruzado quien tocaba el cajón, Víctor Alquizar, Ruperto Chico y Urbano Risco quienes tocaban la guitarra, Salvador Aspericueta Cabanillas y Octavio Ojeda quienes tocaban la bandola.
Don Julio Meneses cerraba toda la cuadra de la Unión y festejaba sus fiestas por el lapso de una semana donde no faltaba la presencia de la reinas de La Barranca, la tía Adriana Ruiz, la tía Irma Ortiz de Ibáñez, Cucha Farro, como invitados Don Carlos Che León, Don Carlos Wong, José Luperdi, Rolo Carrasco, Carlos Carrasco, Marcelino Che León, Humberto Vera, Lucio Deza, Lucas Deza, Segundo Amaya, Ricardo Chang, Emilio Rodas (Rena), Paco Peralta, Estela Vera de Carrasco.
El Guardián de La Barranca era Don José Leyva que le decían el tren o patón Leyva quien era de oficio seguidor de agua y a la vez pescador, este personaje vivía en La Barranca junto con su hermana María Leyva y su familia (La Chula, La Gringa, El Gringo, Juan).

Miguel Amaya Ventura y su esposa María Villarreal Lozano frecuentaban La Barranca con la intención de ofrecer el oficio de Albañil y de disfrutar de la pesca en abundancia, llevaba a sus hijos: Marina Amaya, Ruperto Amaya, Rodolfo Amaya, Rebeca Amaya, y después Consuelo Vera y sus hijos. También frecuentaban La Barranca Segundo Amaya Ventura con su esposa Nelly Cedrón de Amaya y sus hijos Mary, José Luis, Jammy, Luz Lili y Antonio.

El rancho de los Amayas están en la parte bajo de la entrada de La Barranca en la calle llamado el Mirador y ellos son testigos de que muchos carros, camionetas les fallan los frenos y van a aterrizar en la laguna.
El mejor equipo de marisqueadores de todos los tiempos fueron los hermanos Pablo, Marcos y Guillermo Quiñones; Ula Villar; Coco Villar, Pablo Villar; Juan Farro; José Hoyos (El Gato Hoyos).
La Barranca tiene y tuvo sus tiendas bien surtidas que son muy conocidas por la calidad de productos que brindaban como son: La tienda de Adriana Ruiz, La Huerta Tienda de Porfirio Arana, La Tienda de Irma Ortiz de Ibáñez, La Tienda de La Gorda Margot, La Tienda de los hermanos Florián, La Tienda de Chela Malca, La tienda de Pedro Fernández. En estas tiendas se preparaba alimentos para los turistas y personas que querían relamerse la buena comida de La Barranca.
La Barranca tuvo unos personajes que con su sola presencia hacían más pintoresco el lugar así tenemos que en los carnavales salía con un letrero de toro manda el señor Guardia Spull quien para la semana de La Barranca se disfrazaba de cacique de Pakatnamú y lo paseaban por las calles con vivas y aplausos, participaban todos los Quiñones disfrazados y bailando por todo La Barranca.

También tenía sus cargadores de agua como Capitán Contreras; Checha; Macarelo; Faustino, Gardel quien fue padre de Tim, El Sordo Carlos Córdova, estos personajes después de cientos de viajes de agua, sus ganancias las dejaban en la Huertita de Porfirio Arana quien tenía mil combinaciones de frutas con cañazo, de allí el nombre de la Huertita.
También cargaba agua el Lucho Villar (mono Villar) Coco Moyano, Walter Becerra Cedrón (Puya), Lino Flores.
Quien se encargaba de la venta de la leña era Juan Fernández este personaje marcaba los palos que el río Jequetepeque en su crecida los depositaba en el mar y las olas los varaba en la orilla del mar, estos palos ya marcados nadie podía tocarlos, por que servían de leña para Don Fernández, es por eso que lo conocían como el loco de la leña.
Existía un grupo de albañiles como: Maestro Juan Rodríguez, Ángel Serna Nureña, El Zambo Arias, Juan Roque Trigoso, Alejandro Moyano Chico, Víctor Ibáñez, Maestro Miguel Amaya Ventura, La Grúa Cabos (Ayudante), Juan Edgard Linares Vergara, Sixtilio Beto Puxe, Carlos Vílchez, José Ananías Machuca Abanto.
Quien hizo puertas y ventanas de madera fue Humberto Ahumada quien fue papá del maestrito Ahumada dueño de la actual Ferretería Ahumada en Guadalupe.
Entre los pescadores tenemos: José Ventura, Negro Santiago Canales, Ciro Villar, Timoteo Villar, Juan Farro, Ramón Villar, Patón Leyva; Oscar Carrasco Barrueto (Tereco Leyva); Garrincha Carrasco, Davanson Puxe, Irwin Puxe, Sixtilio Puxe.

Existía negocios de venta de comidas y tiendas como: Cholo Gómez, La tía Adriana, La tía Irma, La tía Chela Malca; Mixi Lamela, Pedro Fernández, Guadalupe Horna. El que preparaba Fernando Casos (Gallina).
También La Barranca tenía sus Reinas que salían en carros alegóricos por calles seguidos de pasacalles disfrazados con atuendos de vistosos coloridos, estas personas se disputaban año por año el derecho de galardón de Reinas de La Barranca y entre risas y aplausos lo celebraban como: la tía Irma Ortiz de Ibáñez (la Zancuda), la tía Adriana Ruiz Aguilar de Mora (la Narizona); la tía Cucha Farro, Isidora (Isi) Tello Sánchez; en una oportunidad fue la nieta de Don Víctor Zulen y Susana Chávez.
Los comentarios de las ocurrencias de estas reinas y las ocurrencias de la festividad de La Barranca llegaban a Guadalupe y se contaban en las reuniones y tertulias.
En una oportunidad la tía Irma Ortiz de Ibáñez salió de Waripola y en otra oportunidad para carnavales salió de viuda del ñon carnavalón y por las calles de La Barranca lloraba a gritos por la muerte del muñeco, Don Carlos Che León le alcanzaba un trapo de colores para que se seque sus lágrimas, su esposo verdadero que estaba mirando el corso Don Víctor Ibáñez (El zancudo Víctor Ibáñez) le decía a su hija hoy si que tu mamá se aloco de verdad.
Puntos de Reunión fueron y siguen siendo: El rancho de la tía Adriana, La huertita, el MonteCarlo, y La tía Chela esposa del popular Emilio Rodas Vásquez (Rena).
Los Pájaros Coches Club
Julio Cesar Meneses Castañeda formó dos clubs deportivos, uno en Guadalupe “El Botafogo Club” y el otro en La Barranca “Los Pájaros Coches”, lo curioso es que él era Presidente, el secretario y todos los cargos Institucionales, todos los integrantes estaban de acuerdo, además era vitalicio por unanimidad.

Lo conformaron: José Alberto Cruz Farro (Colo); Miguel Ángel Mora Costilla (Mike); Jorge Luis Rivasplata Cabanillas (Califa); Julio César Meneses Castañeda (Chento por Chento); Sixto Genaro Meneses Castañeda (Chicho); Eleodoro Cruz Gil (Lolo); Jorge Alfredo Vertíz Cellerini (Burro Mocho); Luis Alberto Sánchez Bazán (Characato); Arnold Rafael Niño Ladrón de Guevara Bazán (Arnold); Alberto David Ruiz Ortiz (Albertico); Juan Segundo Farro Vílchez (Loro); Héctor Teófilo Lamela Carbajal (Héctor); Jorge Luis Silva Sosa (Cuchillo); José Francisco Cruz Farro (Pancho); Alfonso Antonio Jesús Balarezo Carbajal (Junior); Víctor Manuel Vera Quintanilla (Pocho); Henry Padilla Castañeda (Pirí); Luis Alberto Rodríguez Amaya (Siete Polvos); Rolo José Antonio Carrasco Vera (Toño); Rolo José Carlos Carrasco Vera (Rolo); José Luis Pastor Cerna (Joe).
Doña Ana María Castañeda y Don Julio Víctor Meneses Ruiz compran un rancho en La Barranca a Don Zozimo A. Balarezo Santalla esta propiedad sólo de posesión fue anteriormente de Don Juan Asían Arévalo (12 de Octubre 1956), por lo que Doña Ana María de Meneses hubo de comprar el terreno a la Municipalidad de Guadalupe El 22 de octubre de 1957, está a la vez eleva una minuta 08 de Mayo 1970, se hace una escritura de compra y venta en un notario público el 27 de Mayo de 1971 y se asienta en registros públicos Serie A-23-N° 152793 oficina de Pacasmayo el 01 de Junio de 1971.
Yo Sixto G. Meneses Castañeda autor de este libro titulado Guadalupe: “Legado, Historia, Leyenda y Testimonio del Balneario La Barranca” hago esta referencia legal porque muchos ranchos de La Barranca no tienen título de propiedad, ni tampoco figuran en registros públicos, otros han perdido la posesión por diferentes motivos:
Uno de ellos es que por más de 20 años los verdaderos posesionarios dejaron de ir a La Barranca. Otros se han muerto, los hijos de los posesionarios nunca fueron a veranear y dejaron que los ranchos se caigan y estén totalmente destruidos, los herederos no tienen ni siquiera documentos de posesión para reclamar como solar de su propiedad.
La modernidad del sistema computarizado del Consejo de Guadalupe ha obviado a los posesionarios, el motivo es: porque los usuarios actuales carecen de documentos de posesión, la mayoría carecen de título de propiedad para ser registrados en el sistema.
Los que tienen título de propiedad tampoco se acercan a la Municipalidad a regularizar su situación, esto está sucediendo desde el Gobierno de Alberto Fujimori Fujimori con los famosos títulos de Propiedad de Cofopri Abril del 2000. El Consejo dejo de cobrar el autovalúo desde ese año y los usuarios dejaron de tributar.
¿Qué se debe hacer para solucionar algunos problemas?

La Municipalidad debe de dar un plazo de un año para que los supuestos dueños presenten la documentación de propietarios reales.

Los propietarios reales deben tributar por su propiedad (Autovalúo).

Los propietarios deben estar inscritos en Registros Públicos.

La Municipalidad debe fijar sus límites hasta donde le pertenece el Balneario de La Barranca.

La Municipalidad debe vender los lotes de terreno, ranchos destruidos sin documentación legal, en prioridad a los veraneantes que figuran en el acta del comité vigente de La Barranca.

La Municipalidad debe expropiar los lotes de terrenos y ranchos destruidos a los propietarios que por más de veinte años no ocupan su propiedad.

Pedir a las autoridades la Intervención de Cofopri para la expedición de Títulos de Propiedad.














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