Sixto Genaro Meneses Castañeda

Sixto Genaro Meneses Castañeda
chicho (seudonimo: AGORAFILIA)

SIXTO GENARO

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Guadalupe, Pacasmayo, Peru
* moreno * alto * pelo plateado * casado * hogareño * amigable * feliz * Dirección Alianza 456 Guadalupe * Telf: 044-566617 * Celular 9782476

domingo, 15 de julio de 2012

12.- ANECDOTAS DE LA BARRANCA

12.- ANÉCDOTAS

• Don Perol
Perol Ramón Luperdi tenía un rancho en el mirador y era muy amigo y compadre de Adriana Ruiz quien tenía una tiendita en el Jirón de la Unión, la cual visitaba con frecuencia y se tomaban siempre unas cervecitas a veces más de la cuenta, en compañía de Julio Meneses, Ana de Meneses, Tereco Bay, Cucha Farro y la Tía Irma Ortiz de Ibáñez y entre trago y trago se comían un ceviche, una pavita, un patito, cecinas con zarza o un pescadito guisado. Era tan frecuente el grupo de amistad que ya no llamaba la atención el tipo de reuniones, se escuchaba una buena conversación, una buena palomillada.

En una oportunidad Perol Luperdi llego a La Barranca con bastante verdura, fruta y con diez kilos de carne la cual hizo salar para hacer cecinas para toda la semana, y la seco en varios cordeles, Doña Adriana fue a visitar a su compadre, pero este se había ido a bañarse a la playa y tan solo había juntado su puerta, doña Adriana llamo, nadie contestó, empujo la puerta y esta se abrió y desde ese lugar se veían las cecinas en el cordel, La tía Adriana tomó una canasta que estaba colgada y la llenó de cecinas y las tapo con verduras, tuvo que hacer tres viajes, para llevarse todo la que había en el cordel.

En su casa las prepara con zarza y yucas. Al rato llego su compadre Perol y la Adriana le dice compadrito que le pasa que esta Ud. todo asustado,… y contesta Perol…es que comadrita me acaban de robar toda mi carne que estaba en el cordel…pero compadrito como deja Ud. la casa sola…es que yo me confío que acá en La Barranca existe gente decente….Ay compadrito gente decente hay…pero hambre hay mas, deje Ud. Las penas y tómese unas cervecitas ahorita llamo a mi compadre Julio y Ana María para que nos acompañen, porque este día invito yo. Llegaron los invitados y La tía Adriana les invito cecina con zarza, cecina con papas, cecinas con yucas, cecina arrebozada, cecina con arroz…Perol Luperdi dijo y de adonde tiene tanta carne comadrita…Adriana dijo: El río y la mar la traen, todo es de poner la atarraya compadrito.
• El Fin del Mundo
Se corría la noticia que en Marzo del año 1986 se iba a acabar el mundo, existía comentarios que el cometa Halley chocaría contra la tierra o en todo caso la cercanía haría que la tierra diera una vuelta y lo que era mar seria tierra y lo que sería tierra se haría mar. La señora Margot Vílchez tenía su tienda en La Barranca y estaba acompañada de la Tía Irma de Ibáñez, pero estaban asustadas por los comentarios que hacían Juan Farro (El Loro), Ula Villar Isla, Pablo Quiñones Villar, Toro Quiñones Villar, Ramón Villar Isla.

La hora señalada para el fin del mundo era a las doce de la noche, Ramón Villar se acordó de todos los terremotos, maremotos y cataclismos que su buena memoria podía concebir y todos decían que el mar se saldría y que el agua llegaría por encima del barranco, al notar estos, que a cada rato salía la tía Irma y la señora Margot a mirar el mar, fingieron no tener dinero ya para consumir, pues el reloj marcaba las 10 pm., por lo que Doña Margot y la tía Irma comenzaron a invitarles galletas con queso, aceitunas, cañazo (Calientito), con la intención de que las acompañen hasta que sea la hora señalada, en dos horas los mataperros se acabaron todo, hasta los plátanos se comieron los desgraciados y desde luego no paso nada, así que dijeron nos vamos a dormir.

La tía Irma, dormía en el MonteCarlo con su esposo el zancudo Ibáñez muy cerca del mar, cuya habitación tenía un ojo de buey como ventana para que entre la fresca y la brisa. Al loro Juan Farro se le ocurrió llenar un balde de agua de mar y por el ojo de buey tiro hacia dentro de la habitación el agua, a la vez que gritaba “se sale el mar” “se sale el mar” la tía Irma y el zancudo Ibáñez en calzoncillo, pensando que era una gran ola, salieron corriendo gritando “el fin del mundo”, “el fin del mundo”…Sálvese quien pueda…

• El Mango
La tía Irma solía hacer sus compras en Guadalupe por lo cual viajaba muy temprano para estar de regreso a las once de la mañana, en su regreso en La Barranca le dice a Juan loro Farro que no cocine por que quería invitarle cabrito con frijoles, pero como Juan estaba con Moyano tuvo que invitarle también a este, pero de mala gana, porque Moyano comentaba si a mí no me invita porque soy negro y al loro si le invita porque es blanquito y narizón…si racista habría de ser la zancuda…Así que la tía Irma invito a ambos comensales.

El loro se dio cuenta que en la canasta de vivieres de la tía Irma traía un mango de molle grande y rojito y otros mangos de menor tamaños, al llegar a su rancho la tía Irma puso el mango en un lugar alto en su comedor no sin antes advertir a sus hijos que no toquen su mango por que ese era para su postre y lo cubrió con un mantel de tela para que no se mosquee.

Los invitados llegaron a la hora indicada para el almuerzo y mientras la tía fue a darle vuelta a la olla que estaban en el fogón del corral, aprovecharon para echarle ají rocoto a todo el mango e hicieron sobre mesa, esperando que la tía sacara su mango y se lo comiera, pero no sucedía nada, así que empezaron a insinuarle que sirviera la fruta como postre y la tía Irma se acordó de su mango e invito mangos más pequeños al Loro y Moyano, como su mango era demasiado grande pidió un cuchillo a su hija Shagua para cortarlo en trozos más pequeños y al probar un trozo notó que este picaba una barbaridad, la tía se puso roja, por lo que echo la culpa al cuchillo, pensando que con el habían cortado ají, y ordeno que le alcanzaran otro cuchillo, y sucedió lo mismo, y la tía Irma botaba humo por la nariz, la boca y estaba su cara coloradita como un tomate de tanto ají, pero esta vez le echo la culpa al mantel…. Pero luego se dio cuenta que los comensales invitados ya no aguantaban la risa… Así que los botó de su rancho diciéndoles de todo… Esta anécdota fue motivo de risa en la noche cuando se reunían los muchachos para tomar calientito a orillas del mar.

• La Gata
A Doña Cucha Farro se le había partido una vara de su corredor de su Rancho y el techo se le estaba cimbrando por lo cual contrato los servicios de de Ramón Villar un moreno alto conocedor de mil oficios, con una gran imaginación y una excelente memoria, conocía literatura, fútbol, en música él podía decirte los cantantes, los músicos y el tipo de instrumentos que tocaban y la fecha de nacimiento de cada uno, además era carpintero, dibujante, poeta, artista, pero tenía el defecto de ser perfeccionista, su segundo defecto su santa paciencia y el tercer defecto era porfiado hasta nomás y un cuarto defecto mentiroso como ninguno, una obra la terminaba cuando se acababa la temporada, pero la hacía.

Ya habían pasado un mes y Ramón no acomodaba el encargo a pesar que ya estaban los materiales y se pasaba los días haciendo medidas y fumando sus cigarro, se sentaba por largas horas desde afuera de la calle mirando lo que debería hacer con un lápiz y un papel y tomando su coca cola.

Un día por ese lugar pasa Alejandro Moyano Chico un reconocido moreno quimboso, albañil, gran basquetbolista de Guadalupe en su tiempo y le dice; Ramón la cosa es muy sencilla, esto se arregla con gata.

Observa pues, Alejandro Moyano Chico, acercó una mesa, se subió en ella, ante la mirada de sorpresa de Ramón, lo que tienes que hacer es poner el hombro en la vara que se estaba rompiendo, y así lo hizo Moyano puso el hombro entre la vara y el techo, bueno ahora tienes que mover de arriba para abajo la palanca de la gata, Ramón miraba para todos los lados buscando la gata con la palanca, hasta que dijo pero si no hay gata… ni hay palanca….y Moyano señaló su bragueta aquí está la palanca negro inútil.

• Las Cecinas
En el rancho MonteCarlo era un rancho muy particular por tener un salón medio ovalado con grades ventanales en forma de medios arcos donde se podía apreciar para la laguna, para el mar, para la rivera, inclusive para la calle principal, era el preferido para comer un rico ceviche de camarones, un potaje de pescado, un arroz con mariscos o simplemente tomarse unos tragos con chicha y cerveza al estilo de La Barranca, por las noches era el sitio ideal para que la palomillada, contaran anécdotas, chistes, cuentos y entre risas y largas conversaciones se tomaban el calientito en lata que era te caliente con cañazo pero del bueno, en esta oportunidad estaban reunidos:

Augusto (Tereco Bay), Víctor Ibáñez, la tía Irma de Ibáñez, Hugo Muro, Ula Villar Isla, Loro Juan Farro, estaban tomando por un espacio de cuatro horas entre bromas y buena conversación y se dieron cuenta que la tía Irma no se ponía ningún piqueo, nada de nada y la tripa grande ya se quería comer a la chica de tanto hambre, la gente ya estaba panzona de cerveza pero nada de comida.

Augusto Bay (Tereco Bay) en una de sus entradas al baño del corral se da cuenta que en el cordel había cinco kilos de cecina (carne seca), así que le dijo al Loro Farro que se dirija por detrás de la pared a la altura del corral que le iba alcanzar la carne y que la lleve a la Huertita de Porfirio Arana y que la señora Madalina prepare la carne en diferentes potajes y que le diga que Tereco Bay pagará todos los gastos, en una hora propicia Augusto Bay (Tereco) dijo, bueno como aquí no hay que comer yo les invito a la Huertita de Porfirio Arana unos piqueitos que he mandado preparar con el loro Farro, todos aplaudieron y aceptaron la Invitación no sin antes tomarse el ultimo brindis. A la vez invito al zancudo Ibáñez y a su mujer la prima Irma y les hacía mención que eran unos tacaños que tomaban cerveza y no se ponían nada.

En la huerta los potajes venían uno tras otro, todos de cecina, Tereco les decía coman, coman que del mismo cuero salen las correas y venia otro potaje y Tereco Bay repetía coman, coman que del mismo cuero salen las correas, como tanto les decía lo mismo la tía Irma entró en sospecha y mandó a su esposo el zancudo Ibáñez a que mire si estaba tendido su carne seca en el cordel de su casa. Don Víctor llegó con la novedad que no estaba ya su carne, la tía cuando quiso reclamar… Augusto Bay Cuyate (Tereco) le dijo ya has chupado gratis, ya has comido rico, del mismo cuero salen las correas y terminaron riendo y siguieron festejando el día y la noche.

• El Mantel
En cierta oportunidad la muchachada estaba en el Rancho de la tía Adriana, tomando unos tragos, comiendo unos piqueos, era Domingo y el día se prestaba para festejar, cualquier pretexto era bueno para celebrar, Don José María Farro el popular alverjas, era un poco maniático, cuando estaba comiendo o bebiendo a cada momento se limpiaba la boca con un mantel y cuando no había lo pedía, por cada cucharada de ceviche o piqueo él se limpiaba la boca, como dicen en La Barranca el pico; pero a veces se llevaban el mantel a otro sitio, y alverjas con la cantaleta de buscar el mantel, la tía Adriana Ruiz, esposa de Chollo, se dio cuenta de este detalle y dijo hoy lo jodo a este fulano, le voy a hacer una broma, esperó que alverja se fuera al baño en dirección del corral, y les dijo a los que se habían quedado en el comedor, yo le traeré un mantel solo para alverjas, así que ustedes no toque el nuevo mantel, sentencio.

Así que se fue a su habitación y regreso con un mantel blanquito bien doblado y espero la llegada de José María Farro, la tía le dice, este mantel es para ti en forma exclusiva, porque, tú, a cada rato te limpias la boca cuando comes y bebes, así que ya no jodas con pedir mantel. Y le puso el mantel a su lado.

Don Alverjas seguía con su costumbre, por cada cucharada se limpiaba la boca, por cada trago de cerveza se limpiaba la boca y después de una hora, la tía Adriana hace el siguiente comentario, bueno es esta la hora que yo me baño en el mar, por que más tarde hace frío y me disculparan voy a cambiarme, así que ustedes sigan nomás con su celebración.

La tía Adriana entro a su dormitorio, al poco rato salió y le pregunta a su marido, el tío Chollo, oye Augusto Mora, no has visto mi calzón blanco, el nuevecito que tengo y Chollo le responde como yo voy a saber, de esa cosa mujer,… acaso yo me pongo tu calzón…como Ud. puede hablar de calzones aquí en la mesa con mis invitados…no encuentro el calzón repetía la tía Adriana con malicia,… por más que lo busco…en eso queda mirando al costado de alverja y se dirige al sitio donde estaba el mantel que ella misma había puesto y lo abre y dice “mira pues donde esta mi calzón”.

• El Pavo
La tía Irma Ortiz de Ibáñez estaba criando unos pavos y ya tenían mecha, estaban gordos y grandes, Don Vicente Quiñonez se enteró que los pavos habían sido criados en el corral de su propiedad un rancho vacio pero no dijo nada.

En aquel entonces los lunes se celebraban reuniones de amigos, así hicieron un calendario para toda la temporada, de tal manera que el primer lunes le tocaba a Julio Meneses y este tenía que correr con todo el gasto de comida, cerveza agasajo, música e invitaciones extras, el siguiente lunes era de la Adriana Ruiz, el siguiente lunes de Ramón Luperdi y así sucesivamente para todos los amigos, resulta que ese lunes era de Vicente Quiñonez y este no se había preparado para afrontar el compromiso, además los invitados eran muchos y se puso a pensar que hago ahora…así que se acordó de los pavos que habían en su corral que eran de la tía Irma así que le torció el pescuezo al más grande y al más gordo y lo mando a preparar con papas y al estilo de La Barranca.

Cuando lo sirvieron la tía Irma estaba lavando y no sabía nada del asunto…y mandaron a un propio para hacerle la invitación especial, para que acuda a la comida, le sirvieron un buen plato con tres presas, por lo cual la tía Irma se sintió halagada, y Ana María de Meneses y Adriana Ruiz se reían al verla comer con gran apetito y decían por lo bajo se jodió la zancuda…se jodió la zancuda.

La tía Irma pregunto por qué se ríen…y contestaron come noma…come nomás. Y la tía Irma comió rico su propio pavo. Cuando entro en sospecha, se fue a contar sus pavos y le faltaba uno, volvió molesta y le dijeron como no pagas el arriendo del corral de Don Vicente Quiñonez el se ha cobrado con el pavo que ya te lo comiste.

• La Tinaja
Estaban reunidos en la tienda de Adriana Ruiz, Julio Meneses, Ana Castañeda de Meneses, Fernando Vera, Perol Luperdi, La tía Irma Ortiz, Rosaura Banda, Augusto Bay Cuyate (Tereco Bay) y se acordaron que era santo de Don Alfonso Balarezo y este estaba en una gran diversión con amigos de La Barranca y Guadalupe celebrando tan sonado acontecimiento.

La Tía Adriana había escuchado de la fiesta de don Alfonso Balarezo Carbajal quería estar en la fiesta y había matado dos pollos para no llegar con las manos vacías, estaban que los pelaban con los reunidos y tomaban cerveza y chicha y le servían vaso lleno a la tía Irma y a Rosaura Banda las cuales se pasaron de copas, a tal punto que la tía Irma por sacar agua de la tinaja, para el arroz, se metió con todo dentro de la tinaja, solo se le veía las piernas y atinaba a patalear por que no podía salir y si no se da cuenta Perol Luperdi se ahoga la tía Irma, la sacaron bañadita, la cambiaron y las acostaron en un petate. Mientras que el grupo se fue al santo.

• El Pescado Borracho
Don Víctor Manuel Pérez vivía en el que hoy es rancho de Quique Vera de Ríos y de allí miraba todo lo que se hacía en la tiendita de la tía Adriana, éste tenía fama de ser un hombre recto y hacia cometarios a los veraneantes de La Barranca que no eran del agrado de la tía Adriana.

En una oportunidad a la tía Adriana le trajeron gran cantidad de borrachos, este pescado tiene fama de que cuando se toma en Chilcano si se come con cabeza y cuerpo dan unas pesadillas ya sea dormido o despierto. Adriana le da el pescado a la tía Irma para que los prepare con cabeza y todo…la tía Irma decía a quien irá a fregar la Adriana y le siguió la broma.

Resulta que le dio primero a chisca tuerta (Castañeda), el pobre salió corriendo a la calle con un bacín en la cabeza creyendo que era sombrero, diciendo que lo perseguía el muerto. En la tarde le dio a Aury Pérez hija de Víctor Manuel Pérez un plato con harto pescado borracho, en la noche la pobre Aury con las pesadillas que el mar se la llevaba de los pies y no pudo dormir toda la noche.

• La Culpa la tiene Carnavales
Estaban reunidos en el rancho de Víctor Ibáñez; Cucha Farro, el señor Ramón Luperdi, Eva Celis de Luperdi, Adriana Ruiz, Irma Ortiz.

En cierto momento la tía Cucha Farro se fue a su rancho que quedaba a continuación, al demorarse la tía Irma fue a verla y observo que esta se miraba en un espejo que tenía en su rancho y se reía solita mientras se ponía un mandil, un gorro como si fuera chuyo, se había arreglado la cara como para que no la reconozcan, la tía Irma le dijo oye tú estás loca…no estoy loca lo que pasa es que ahorita lo voy a fregar a Don Ramón Luperdi porque es carnavales, así que no digas nada, anda siéntate en el rancho de Adriana y lleva a los demás, para que veas lo que haré.

Después de un rato baja y pinta con pasta negra a Don Ramón Luperdi, pero este lejos de tomarlo como broma se enfureció hasta tal punto que su panza la subía y la bajaba con la respiración y por la boca botaba espuma de pura cólera daba la impresión de ser un toro de lidia, y el gordo comenzó a perseguirla por el Jirón de la Unión con intención de cogerla.

Don Ramón luego se equivocó de persona y cogió a su esposa Eva Celis creyendo que ella había sido, y la baño de tierra y la pinto con betún por todos lados. Y la mujer gritaba Ramón yo no fui…Ramón yo no fui…

• Los Diez Mil Soles
Habían llegado a la Boca del Río unos evangelistas, quienes instalaron sus carpas al lado del río Jequetepeque y entre cantos, salmos, oraciones, juegos no se dieron cuenta de la crecida del río, hasta transformase en “una repunta” que arrastraba sus aguas con gran caudal sembríos, palos, animales y los conducía hacia el mar, dos jovencitas y un joven del grupo estaban caminando a la orilla del río de pronto el joven se acerco demasiado y fue arrastrado por la corriente.

Fueron en vano los intentos de rescate por el resto de sus compañeros que veían perderse a su feligrés ya no en el río si no en el mar, era imposible cruzar para inexpertos nadadores, así que fueron a Jequetepeque a pedir ayuda por radio y dar la vuelta por la panamericana para llegar por otro lado en dirección de La Barranca, ya habían pasado dos horas, y la corriente del mar cambio de rumbo en dirección del mar de La Barranca llevándose a su víctima que seguía luchando por su vida.

Coco Moyano diviso desde la orilla a este personaje que ya sus fuerzas declinaban por el agotamiento y se dejaba arrastrar por la corriente que existe más allá de las olas primeras de mar afuera, Coco Moyano como buen nadador se lanzo al mar seguido de Oscar Carrasco (tereco), que optó por regresar, porque la distancia era enorme y el mar estaba en llena.

Sorteando las primeras artes de pesca (trampas), Moyano llegó hasta la misma corriente, e hizo la zambullida del pescador y salió por la parte trasera del evangelista lo cogió del cuello y se dejo llevar por la corriente hasta la primera curva, donde la corriente cambia de dirección y chocan con las primeras olas y aprovecho a estas, para salir poco a poco, en la orilla la gente seguía este acontecimiento, hasta que Moyano agotado saco del mar al evangelista ayudado por Tereco Carrasco y otros veraneantes.

Después de una hora de descanso, se fueron en dirección de la Boca del Río, al otro lado del río había hombres ranas de Pacasmayo que no se atrevían a cruzar el río, los evangelistas habían ofrecido diez mil soles, por el rescate de su feligrés.

Los Evangelistas al ver sano salvo a su feligrés alabaron a Dios, diciendo aleluya, aleluya y se alegraron diciendo milagro, milagro. Coco Moyano y Tereco Carrasco pasaron con una cámara al evangelista a punto de nado hacia el otro lado del río, una vez que estuvo en su grey el salvado se olvidaron del ofrecimiento de dinero e invitaron a que regresen al día siguiente para almorzar juntos, pero Coco y Tereco ya no fueron puesto que se podrían ahogar en el río y solo por un almuerzo.

• Los Bomberos
En la Barranca se junta leña para el fogón, y es un secreto para la cocina usar olla de barro para la preparación de ciertos potajes, que los veraneantes hacen que se chupen los dedos sus invitados.

Era costumbre de la tía Irma y el Zancudo Ibáñez juntar leña para estos menesteres, pero el río había estado de repunta y traía hermosos palos de algarrobo que eran varados a la orilla del mar, en la curva y en el rinconazo. Se propusieron juntar leña, cortarlos, secarlos a lado de su rancho MonteCarlo durante varias semanas, había una gran cantidad, porque pensaban llevar para Guadalupe, como tres camionetadas.

Augusto Bay Cuyate (Tereco Bay) que siempre se bromeaba con doña Irma Ortiz y don Víctor Ibáñez después de almorzar en la tienda de estos y tomarse unas cervecitas un día Domingo con los amigos de siempre, le echo fuego a la leña que ya estaba bien seca y cuando las llamas estaban a buena altura, gritaba por la calle principal Miguel Grau y la Rivera…llamen a los bomberos…llamen a los bomberos…y con la boca imitaba la sirena de los bomberos, los curiosos se acercaban y se reían. Mientras la tía Irma y el zancudo Ibáñez con baldes, con agua en mano trataron en vano de apagar el fuego.

• EL Asalto
En cierta oportunidad estaban reunidos en el MonteCarlo los siguientes personajes: José Meneses Castañeda, Eberardo Meneses Marroquín, Paco Salazar, Moyano, El Zurdo Quiñones, El Toro Quiñones y estaban pasando la noche con calientito por que la tía Adriana no les quería fiar cerveza porque cada uno tenía una culebra de deuda más larga que boa de chuncho.

Siendo las nueve de la noche se le ocurrió a Moyano que la culpa de sus desgracia era el maldito cuaderno de apuntes que tenia la tía Adriana, así que idearon asaltarla, con la intención de sustraerle el cuaderno, se consiguieron unos revólveres de juguetes y una carabina de balines, se pusieron unos pañuelos al estilo de las novelas del oeste en la cara, e interrumpieron en la tienda en grupo, diciendo;

“Este es un asalto” “Manos arriba calzones abajo”. La tía Adriana que ya había reconocido a los mataperros tomó un palo de escoba y a punto de escobazos los corrió por el jirón de la Unión.

• El Concentrado
Don Carlos Cruzado solía cazar gran cantidad de cangrejos de playa chica y regalaba a los veraneantes quienes recibían un tazón de cangrejos cada uno.

A la tía Irma de Ibáñez le toco doble ración por amistad, y a medio día se le ocurrió hacer guiso de cangrejos, sopa de cangrejos, arroz con todo el jugo de los cangrejos en vez de agua, el arroz salió todo oscuro y los familiares se reían de la ocurrencia, pero el arroz estaba sabroso.

Zoila Ibáñez tenía una hijita que estaba medio achacosa y estaba con la tía Irma, a la hora del almuerzo le dio la sopa, el guiso y el arroz oscuro de cangrejos y la chica se tiraba para un sitio y para otro lado como loquita pues le había chocado el concentrado de cangrejos

• La Serenata
Diana Banda y Casos, tocando acordeón y guitarra solían dar serenata a todos los moradores de La Barranca, hacían que las noches sean más agradables.

• El Tocadiscos
Don Julio Meneses Ruiz solía prender su tocadiscos a la cinco de la mañana, y en el silencio los veraneantes disfrutaban de boleros, rancheras, valses, música criolla etc. Los vecinos se movían de sentimientos con canciones bonitas y eso lo pasaban todos los días.

• La Carabina
El panadero Mejía tenía un hijo que un domingo salió con la carabina disparando por todo La Barranca, los veraneantes tuvieron que encerrarse en sus ranchos, se dice que la hija de Maricucha Ugas, Fabiola Gonzáles le había invitado caldo de pescado borracho. Como chapa le pusieron el loco carabina.

• La Ola Gigante
En el año 1960 en La Barranca hubo un maretazo, es decir una ola gigante de más de 10 metros de altura, que puso en peligro a los veraneantes y a las viviendas, esta ola llegó hasta los farallones de La Barranca, la mayoría de moradores con sus hijos tuvieron que trepar las zonas altas, como el Mirador, Bella Vista, el cerro de la capilla, y los que tenían movilidad no pararon hasta Guadalupe.

Esta ola se debió al terremoto que había sufrido Chile el sábado 21 de mayo de Magnitud 7.75 en la escala de Richter y el día domingo día del acontecimiento hubo otro terremoto de magnitud 9.5 en la misma escala.

• El Dengue
Hubo la noticia que en La Barranca había dengue y que las aguas del río Jequetepeque estaban contaminadas por que los caballos, las mulas y las reses tomaban agua de ese lugar y por lo tanto los camarones que existían en el río estaban contaminados nadie de La Barranca cazaba camarones por el miedo a dengue.

• A La primera Ola
Cuentan que Fernando Vera Farfán (Catato) sacaba en brazos de su rancho preferentemente de noche o de madrugada a su esposa doña Susana Horna Balarezo y la arrojaba a la primera ola que reventaba frente a la laguna por el MonteCarlo, esto lo hacía tan frecuente incluso cuando ella estaba embarazada casi a los nueve meses y así con la ultima aventada tuvieron que llevársela de emergencia a Guadalupe, pues se había roto la fuente, y apenas pasando el portachuelo le nació su última hija Cinthya Vera Horna.

• El Palo
Don Carlos Carrasco encontró un enorme palo que estaba sobre las piedras de la playa, y él decía este algarrobo obstaculiza mi paseo cotidiano, y quiso solito empujar semejante tronco y resulta que el palo se levanto solito como dos metros y se tiro al mar, en realidad era un lobo marino que estaba durmiendo en descanso de su travesía por el norte, don Carlos se asusto tanto que tuvieron que limpiarlo con cuy el brujo Arboleda.

• Mentirillas de Ramón Villar Isla
Ramón Villar Isla era un artista con el pincel, con la madera, tenía una gran memoria y hacía gala de detalles que persona común podría tener en cuenta, también era poeta, pegado a las letras y a la buena lectura, conocedor de música tanto del intérprete, autor como los instrumentos y personajes; conocedor de deportes y deportistas como: el basquetbol, futbol, billar etc. hacia letras a pulso, un día hizo decoraciones en el rancho de la tía Irma Ibáñez donde existía una tienda. Ramón Villar pinto la tienda y en la pared dibujo trescientos corazones y estrellas, cada uno con nombres de damas conocidas, que según él decía eran sus enamoradas playeras y se derretían por él.

Ramón Villar también era un excelente pescador, y sus trampas y artes de pesca solía ponerlas en mar afuera, donde ningún pescador se atrevería a llegar, cerca de las corrientes donde nacen las olas. Un día cuenta Ramón que desde la playa no notaba la boya que señalaba su trampa, al principio pensó que su arte de pesca se había desatado y se imaginaba que ya se había perdido, sin embargo fué a verificar lo que había pasado, para su sorpresa, la trampa estaba llena de 38 róbalos y 93 chitas, el peso era enorme, pero logró sacarlo hasta muy cerca de la orilla, donde quince pescadores le ayudaron con gran esfuerzo.

• Mentirilla de Carlos Che León
Carlos Che León contaba que el tenia un carro marca Buick del año 35 de dos puertas y tenia gran deseo de llegar para la fiesta de La Barranca, sus amigos ya habían partido temprano y le daba mucha pena viajar sólo, sin embargo decidió hacerlo, cuando por el portachuelo encontró diez pasajeros, por el cerro murciélago encontró veinte pasajeros y llegando a la hoyada encontró a siete. En total fueron 37 pasajeros, que los llevo apilados uno sobre otros y hasta en la maletera los puso.

• Mentirillas de Serrano Emilio
Dice que Serrano Emilio quería poner una tienda en La Barranca pero resulta que en ese verano casi todos los ranchos estaban ya ocupados y solo había un rancho que nadie lo quería ocupar por que según decían que allí había un diablo y que este maldito hacia mucho ruido en la noche. La esposa del Serrano Emilio temerosa de los comentarios no quería que lo alquile, pero al no haber otro rancho tuvieron que hacerlo, en la cocina muy cerca del corral había un enorme batan de piedra, la primera noche se escucho el sonido del batan, la señora asustada llamó a Emilio, y dijo; “el diablo esta moliendo en el batan”, entonces don Emilio dijo esto yo lo arreglo mañana. Al día siguiente puso medio saco de maíz entero en el batan, en la noche comenzó el sonido del batan, que no dejaba dormir, pero al día siguiente recogió maíz molido para vender, en la siguiente noche le puso un costal de café tostado, al amanecer encontró el café molido para vender, en la siguiente noche lo hizo moler ají, a la cuarta noche puso siete bolsas de granos diferentes con la intención de hacer pepián de pava, el diablo renuncio maldiciendo a don Emilio porque lo estaban haciendo trabajar gratis y se fue echando candela de cólera.

Dice que Serrano Emilio llegó fuera de temporada a La Barranca con su camión con la intención de darse un baño en agua salada, cuando estaba disfrutando del baño se le ocurre meter las manos en la arena y debajo de las piedras, encontrando cantidad de cangrejos, así que recogió como veinte costales de cangrejos para vender en Guadalupe, de regreso por la hoyada el camión estaba ligero, y miro por el espejo retrovisor viendo una polvareda en dirección contraria, paró el vehículo y vio los sacos vacios, se dio cuenta que los cangrejos se estaban regresando al mar a toda carrera.

• Escarone
Cesar Valera era el entrenador de la época en La Barranca y se hacía llamar Escarone como el entrenador de Universitario de Deportes, y entrenaba al equipo compuesto por: Ula Villar, Pablo Villar, Loro Farro, Cuidadito Rivasaplata, Pablo Quiñones. El punto de reunión para los entrenamientos los realizaba en “La Huerta” de Porfirio Arana, y en lugar de pelota usaban una Damajuana de cañazo, lo curioso es que nunca pisaron un campo deportivo, siempre se quedaron en el bar.

• Situaciones
Carlos Cruzado Mejía pescaron cangrejos en Playa Chica, llenaron una tina de la camioneta, y regalaron a toda La Barranca, al día siguiente quisieron repetir la hazaña y no encontrando ningún cangrejo.

La señora Lucia Villar Montero pesco el Pulpo más grande cerca de dos metros de Alto y El Gato José Hoyos pescó con la mano un mero de 9 kilos.

Ula Villar cierta mañana de amanecida, voceaba que tenia pescado para vender, diferentes especies a bajo precio como, tollo, chita, liza, pampanito etc. Luego que vendió a toda La Barranca, alguien le pregunto de donde había sacado tanto pescado, si él no tenía trampa y les dijo que había una red que estaba varada en la curva de La Barranca.

El Club Alianza Guadalupe participaba de la copa Perú y había contratado como entrenador a Cornelio Heredia ex jugador de Alianza Lima y este personaje llegó con refuerzos de varios jugadores de Lima, a La Barranca con intenciones de hacer la preparación física y entrenamiento de los jugadores, el loro Farro cazo tres pájaros coches los guiso y les dio de comer a todo el equipo de futbol, estos repitieron y se chuparon los dedos creyendo que era pato.

Cierta tarde en La Barranca “Papa Buena” (Santiago León Aguilar) comentó a su sobrino Juan Farro, la existencia de un zorro que paraba rondando en el corral de las gallinas, este animal perjuicioso ya había hecho un hueco en una de las esquinas, Juan regreso cuando el Papa Buena no estaba y agrando el hueco del zorro y se saco una gallina, dejando plumas por el camino.

La gallina fue guisada con papas amarillas con un grupo de amigos. Al día siguiente Santiago León comento a su sobrino diciendo: “me jodió el zorro se llevó la gallina más gorda del corral” Papa Buena hasta ahora cree que fué el zorro.

• Los Espíritus
En cierta ocasión Consuelo Barba, Jackeline Barba, Maritza Mollano y Eddith Mollano, Oswaldo Cruz (Pampanito) entre otros muchachos, hacían una collera de diez personas y quisieron saber sobre el mas allá de ultratumba, pues se decía que La Barranca tenia buena vibra y que existían espíritus que los podían hacer bien ricos, y estando el rancho de Orlando Jiménez inhabitado, hicieron una sesión de espiritismo trazando una cruz con velas encendidas, la que estaba dirigida por el Chino Zulem que hacía de médium y alardeaba invocando a los espíritus chocarreros de Pakatnamú.

Y decía: “si aquí se encuentra un espíritu que de una señal” y repetía la invocación con mucho énfasis, llamando la atención a Juan Farro y Charro Casartelli que por casualidad pasaban por el lugar, estos personajes se subieron al techo para observar, que estaban haciendo estos muchachos en la oscuridad, y al darse cuenta que era una sesión de espiritismo, Juan Farro golpea el techo como si fuera el espíritu que daba la señal, los muchachos que estaba abajo sintieron miedo al escuchar el golpe y Zulem dijo “tenemos presencia de espíritus” y luego gritó “que se manifieste el espíritu en otra forma”, Juan y el Charro dejaron caer un adobón por una ventana del techo haciendo salir espantados a toda los muchachos, incluido al chino Zulem, los mismos que no pararon de correr hasta sus ranchos.

• Las Ocurrencias de Don Julio
Don Julio Meneses Ruiz dejaba que en su rancho de La Barranca estén todos los amigos de sus hijos como invitados, les brindaba desayuno, almuerzo, comida, hospedaje, movilidad y algunas fiestitas con amiguitas, pero tenían que realizar cierto trabajo por lo menos durante medio día.

En cierta oportunidad llegaron Koki La Cerna, Lucho Rodríguez, Colo Cruz, Albertico Ruiz, Héctor Lamela, Characato Sánchez, Arnold Niño Ladrón de Guevara, Loro Farro y por supuesto sus hijos Chicho Meneses y Julio Cesar Meneses.

Don Julio Meneses Ruiz les dijo bueno muchachos en el fondo del corral existe una pila de 5,000 adobes quisiera que me lo pasen para el lado derecho. El trabajo, para toda la collera le pareció fácil, así que se pusieron manos a la obra. Al medio día que llegó de Guadalupe Don Julio fué a constatar el trabajo, se dio cuenta, que el trabajo ya estaba realizado, pero dijo: “me parece que en ese lugar no está bien”, mejor debería estar en el otro lado derecho, así que, mañana me lo pasan, al día siguiente fue igual, de tal manera que la collera se pasaron toda las vacaciones trasladando los adobes de un lugar a otro, dando vueltas al corral terminando casi todos los adobes destruidos.



En las siguientes vacaciones con el mismo grupo de amigos mencionados, también llegó Pancho Cruz. Todos ya esperaban el trabajo de medio día por hacer, así que Don Julio Víctor Meneses Ruiz dijo: “Aquí he comprado unos baldecitos de pintura y unas brochas para que pinten el rancho, así que manos a la obra” a medio día que regresó de Guadalupe y al ver que la obra ya estaba terminada, dijo ese color no me gusta, así que he comprado otros baldecitos para que cambien el color, y me lo hacen el día de mañana…Al escuchar esto Pancho Cruz comenzó a murmurar diciendo: uho carajo ni en mi casa me hacen trabajar y aquí me van hacer trabajar yo me largo a mi casa…y se fue. El resto de muchachos pinto todos los días de las vacaciones el rancho de diferentes colores, formándose un espesor de capas de pintura de tres centímetros.



En cierta oportunidad Chicho Meneses y Lucho Rodríguez habían llegado, como a las cuatro de la mañana un poco pasaditos de copas y para que no los sientan ni sepan de su condición, se treparon por una pared de la tía Adriana, que era el rancho que colindaba con el de sus padres, para llegar a sus habitaciones que estaban en el segundo piso del rancho de La Barranca. Cuando se disponían a dormir sintieron la voz de Don Julio Meneses que los había estado esperando y que les ordenaba: “Chicho, Lucho me han dicho que el pan llega a esta hora, así que levántense para traerlo”, así que tuvieron que ir a dormir en la puerta del panadero Mejía, ya que el pan se vendía a partir de las nueve de la mañana.



• La Cacería de Patos

Esta expedición comenzó en La Barranca cuando un grupo de amigos deciden pasar unos días en esta playa llevando sus víveres desde la ciudad de Guadalupe, y se hospedaron en el rancho de Ana Maria de Meneses, estuvieron disfrutando de lo que habían llevado, pero los víveres se agotaron antes de lo previsto. Como ya no tenían que comer y querían seguir veraneando, Oscar Barrueto (Garrincha) les sugirió que fueran a cazar patos a la laguna, por que el pescado escaseaba en sus trampas, esto les pareció buena idea, tomando la sugerencia fueron al lugar indicado en medio de los totorales donde estaban los patos silvestres, entre los jóvenes cazadores estaban Marco Antoni Tejada el popular (Terry), Jonathan Cabanillas más conocido como (caballo), Juan Carlos Mora el popular (choyo), Juancito Meneses León (chichito) y otros que escapan a la memoria. Ellos cuentan que estaban silenciosamente acercándose al objetivo arrastrándose para no espantar a los patos, y sus únicas municiones eran unas piedras y palos. A la voz de uno de ellos tenían que parase y atacar corriendo y lanzar los proyectiles en diferentes direcciones. Terry empezó a correr y se tropezó cayendo de cara en excremento, conocida como carca de vaca fresquita y bien jugosa, todos soltaron la risa, porque estaba embarrado hasta las orejas, daba la impresión de estar con una máscara de carnavales, los patos volaron pero no se olvidaron de los patos, porque después lograron cazar uno para el almuerzo, pero estaba tan flaco que solo huesos chuparon.

José Alberto Marroquin Castañeda conocido por sus amigos como “La Burrita” fue por dos semanas a La Barranca con el propósito de limpiar el rancho de su tía Estela Castañeda para poder pasar unos días en la playa, Juancito Meneses lo ayudaba, y le propuso que traslade sus cosas a su rancho, porque solo se aburriría, Beto llevo su cama, su colchón y todo lo que había llevado para su comodidad, pero los muchachos le dijeron mira Betito aquí estamos en La Barranca no en el Sherathon. Así que aquí tiras suelazo y te acomodas como puedas, la cama y su colchón Paraíso nuevecito quedó en un rincón del rancho todo el verano.

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