EL CUENTO DEL CONDOR DE LA BARRANCA

.EL CUENTO DEL CONDOR DE LA BARRANCA

Cuando era niño, disfrutaba de la playa de la Barranca, mis padres solían acudir a este hermoso balneario, eran sus merecidas vacaciones después de un arduo trabajo en la siembra de arroz, aunque coincidía el verano en los meses de enero, febrero, marzo y abril con la época de hacer almacigo luego el saque y el plante, pero mi padre se las ingeniaba para hacernos sentir una vida agradable muy cerca del mar, y por qué no un estilo de vida dirigido hacia la salud. La Barranca nos ofrecía en el año 1960, abundante pescado, marisco, amistad y buenas relaciones sociales, mi familia se caracterizaba porque éramos amigos de todos, el sol y la briza del mar de La Barranca era para todos. Debo confesar que me volví un cazador neto, aprendí de los pescadores. Para el sur estaba la laguna y el rio Jequetepeque, a mi corta edad cinco kilos de camarones era fácil de conseguir diariamente, al frente de los ranchos estaban los ancocos marrones, cuyas flores sobresalían en la arena, sabía a dónde estaban las conchitas o palabritas y los muy muyes, con esto se hacía también ceviche pero era bueno como carnada para la pesca con nailon o sedal en las playas del norte el rinconazo, playa chica, playa grande, allí la pesca era de cangrejos pulpos, langostas, borrachos, chirlos, meros y en ratos de ocio mirábamos a las aves de mar como el pelicano que en tiempo de escases paraba en la olla, también la shuita, el piquero y las pardelas, el acantilado o barranco de La Barranca a veces se cubría de blanco como señal de las deyecciones de las aves guaneras, estas aves se alborotaban al sentir nuestra presencia luego volvían donde estaban sus nidos. Pero lo que más me llamaba la atención era la llegada del majestuoso Cóndor, su vuelo era totalmente diferente a otras aves del cielo, su tamaño era grandioso, mis amigos decían: “ya llego el Cóndor de los Andes” esta ave viene siguiendo la ruta de los arrozales, si de la sierra, baja por Faclo chico, Faclo grande, El Dique, La Laguna, La Barranca luego haciendo un Angulo de 90 grados sigue por los acantilados en dirección norte y seguro que llega hasta Cherrepe, creo que su comida favorita son pichones de las aves guaneras del acantilado, luego su postre los huevos de estas aves o tal vez el pescado varado malogrado de la playa, en los meses que lo divisábamos casualmente era Enero, Febrero y Marzo, es decir en la época de verano, época de vacaciones, cuando hasta el aire estaba calientito. El cóndor era de más o menos tres metros con las alas extendidas, su vuelo era diferente a todas las especies que surcan el cielo, sorprendidos le llamábamos el rey del litoral, cuando se deslizaba por el aire, nadie se atrevía a molestarlo, las demás aves cambian de rumbo al sentir su presencia, lo sorprendente era que siempre se mantenía en la misma latitud y sin mover mucho las alas cruzaba el cielo azul entre el acantilado y el mar. Mis hermanos mayores no le disparaban con sus escopetas, simplemente le dejaban pasar, esta ave hacía sentir un respeto sin igual, han pasado ya 50 años y he regresado al mismo lugar y la nostalgia me hace recordar al Cóndor (Voltur Griphus) y me pregunto ¿Qué paso? ¿Se cansó el Cóndor de volar?, ¿se hizo viejo como viejo esta talasofilia? ¿Se extinguió sin dejar generaciones? ¿Lo mataron? ¿Lo cazaron por glotón? ¿Lo están usando en el Yawar Fiesta? ¿Está de vacaciones? ¿Hizo huelga como los maestros y los médicos?

Me pare en la peña del rinconazo lugar que solía pescar con anzuelo cuando era niño, mi objetivo era divisar al Cóndor de los Andes o Apu Kuntur, pero mi espera fue en vano, el cóndor no vino, a mi edad ya uno no está para estar parado en estos sitios, pero mi anhelo era superior a cualquier desventaja física, la mente en ese momento era joven en un arcano de recuerdos de un viejo anciano, pase muchos días haciendo la misma caminata desde la Barranca hasta la misma peña del rinconazo, esperando a mi Cóndor. Si claro con la disculpa del caso para el ave, nunca estuvimos demasiado cerca, nos mirábamos, pero no hicimos amistad, el por el cielo y yo siempre en la tierra encima de la peña pescadora, pero me imagino que tendría un tamaño en reposo de un metro treinta, es decir el mismo tamaño de mi niñez, por muchas temporadas nos vimos, sé que sus ojos son marrones, penetrantes, agresivos, desafiantes, algunas veces los vimos con su pareja esta era más delicada pero con ojos rojos, pero la mayoría de veces lo vimos sólo como el Solitario de La Barranca, este viajaba cientos de kilómetros para llegar y pasar por estas playas.

Un viejo pescador de esos que tenían actitudes de ser “sabio lobo de mar” me comentó…. dijo talasofilia ya no lo esperes más, tu cóndor se ha suicidado,… este comentario me causo risa, pero después al notar seriedad en su rostro, tome sustancia…y dije ¿los cóndores se suicidan? ¡No lo podía creer que un cóndor se suicide!, ¿Cómo así? ….Escucha para que aprendas; te hablare primero del águila y luego del Cóndor.

Las águilas renuevan sus plumas, cuando llega a la mitad de su vida 35 años más o menos toman la opción de renovar su plumaje para tener una segunda oportunidad y se sacan sus plumas, esperan que le crezcan otra vez, claro primero guardan alimentos en una parte de un pico elevado, y con sus plumas nuevas, tienes un Águila renovado dispuesto a volar una segunda milla en la vida, es decir unos 35 años más, con nuevos brillos, pero con una gran experiencia de la vida, se vuelven sabios y enseñan a sus proles y a sus pares.

Los Cóndores también enseñan con paciencia, con dignidad y honor, para ser admirado por el resto de aves y por los humanos (los pájaros coches). Cuando llegan a ser viejos Los Cóndores después de 70 años, son demasiados orgullosos para sufrir la vejez, el abandono, la debilidad, la enfermedad y el cansancio, así que toman el último aliento de sus pulmones, recordando la fuerza de la juventud perdida, alzan el vuelo a 6,000 metros de altitud, hacen una pausa en el cielo para admirar a la creación del Dios de la naturaleza, es su última vez, hacen una segunda pausa y recuerdan el trascurso de toda su vida, sus alegrías, sus tristezas sus triunfos y sus derrotas, derraman sus últimas lágrimas por sus descendientes que observan el acontecimiento, ellos por instinto saben lo que sucederá ese momento, El Cóndor Viejo, invoca al gran espíritu su alma, para luego descender en picada como centella para estrellarse sobre una roca filuda de la montaña. Muy cerca donde fue su nacimiento, allí será su muerte. Todos los cóndores hacen lo mismo…no amigo, “Talasofilia” no es un privilegio de que tú cóndor este decrepito en algún lugar de la montaña de la sierra muriéndose de viejo… ¡él ya está muerto! Mi querido anciano…así que ya no lo esperes más…

Bueno mi Cóndor era negro como el betún de los zapatos, tenía una gran zona blanca en las alas, su cabeza era pelada con una gran cresta, si la narración del pescador es cierta, mi cóndor estaría en su segunda juventud cuando lo conocí, nunca le escuche un sonido de su garganta creo que mi cóndor fue mudo de nacimiento.

Según la Historia, los habitantes del Pakatnamu ya lo habían visto y lo grabaron en sus huacos, me pregunto por qué se tiene que romper la tradición, los padres enseñan a los hijos, y los hijos a sus hijos, mi cóndor tuvo que enseñarle a uno de sus hijos, y este debería estar volando por estos lugares, pero no es así, ¿Algo paso?

El Cóndor es símbolo de fuerza, salud y virilidad, el que come carne de cóndor será bien viril dicen mis hermanos Serranos de los Andes. Pero lo cierto es que el cóndor ya no pasa ¿Se habrá extinguido su especie? Eso no puede ser; porque la Leyenda dice que el Dios Wuiracocha le pregunto al Cóndor… si por casualidad no había visto en su volar a una princesa que la quería como mujer, El Cóndor dio el dato con exactitud, por lo cual el Dios Wuiracocha lo bendijo y le dijo con palabra creadora “Tu vivirás siempre y atravesaras valles, escudriñaras quebradas, anidaras en la altura y comerás siempre de todo lo que hallares muerto, mataras al que se descuide, y te aseguro que si alguien te matare, el morirá también”.

Los Chimús decían que cuando deje de venir el Cóndor es porque algo malo pasara al mundo, habrá malas cosechas, lluvias torrenciales, no habrá pesca, se morirá el ganado y los perros calatos se llenaran de sarna, los hombres pájaros coches se llenaran de rasca rasca o por último se secara la tierra. El Packatnamú fue destruido por el Inca Túpac Yupanqui porque se ausento el Cóndor, los chamanes Chimús invocaron al Dios sol y al Dios luna, hicieron ofrendas y sacrificios en el rio Jequetepeque, pero los dioses estaban resentidos, y no enviaron a su emisario de buen augurio “El cóndor”. La historia se vuelve a repetir, los Incas tomaron las costumbres de los Chimús y se convirtieron en brujos maleros, las huacas donde se asentaron los incas están llenas de malas artes, así que los Incas fueron destruidos por los españoles por maldición de los Dioses, pero fueron avisados con anticipación con la ausencia del Cóndor.

El Cóndor de La Barranca ya no está, ya no pasa, el mar de esta costa se embravece cada vez más, se habla del calentamiento global, el mar ya se llevó dos malecones mal elaborados, el mar amenaza destruir los ranchos de la Ribera primero y amenaza llegar hasta su origen el acantilado dentro del mil años, los fenómenos del niño son más frecuentes, la pesca es escasa, ya no hay mariscos, ni crustáceos, ni mococho, solo existen piedras, la playa está contaminada con pesticidas, herbicidas de los arrozales de agricultores traficantes de tierras, los dueños de lo que fue un rancho es egoísta no arregla ni vende sus supuestas propiedades que están abandonadas por mas cuarenta años en la Barranca, son como el perro del hortelano, no construyen ni dejan construir. Existen solares llenos de basura que sirven de letrinas, nuestras autoridades son ciegas, caprichosas, imprudentes e irresponsables, el dinero para obras fue mal invertido por alcaldes sosos y zonzos, lo más triste es que los supervisores de estas obras fueron Guadalupanos que dejaron que 105 Mil soles que costo el Malecón de La Barranca, no tuviera, base ni respaldo de construcción y que no duro ni la mitad de una temporada, se le echara la culpa a la bravura del mar, al calentamiento global, al niño a la niña por supuesto, el estilo de ablandamiento y concientización sigue igual se pasean a los pobladores con reuniones de Comités y Asociaciones, se busca el provecho personal, hecha la ley hecha la trampa, en cada obra de La Barranca esta la ley del embudo, el ancho, para el estudio técnico, para los ingenieros, para los técnicos, para los supervisores que dicen que son profesionales, también para un gran letrero que contenga la cifra por invertir, el eslogan de la Municipalidad de Guadalupe, y que no falte la constructora aunque después la traspasara a un tercero etc. y para la obra una migaja de migajas “una bolsa de cemento con cuatro fierros cruzados y una tonelada de arena”, se rellenara los espacios libres con piedras de mar y basura, se seguirá trasladando cemento y fierro de la Barranca a Guadalupe ¿Qué raro no?. Al final cuando la obra ya esté hecha nos daremos cuenta que el letrerito solo decía: Que el dinero invertido no solamente no está allí, si no que la obra está mal elaborada… y luego estos mismos técnicos recomiendan que se tiene que borrar y desaparecer las pruebas de los implicados, y esto se viene haciendo de un gobierno municipal a otro gobierno municipal, se tapa para que no se vea que la base de la obra del malecón estuvo hecha sin la profundidad del nivel de la playa ya que se construyó encima sobre piedras sueltas, no se tuvo en cuenta el cauce del rio, ni el límite del litoral, no se escuchó a las personas de experiencia, la mala obra de ayer se tiene que borrar hoy por otra peor, porque son evidencias de pésimos profesionales y se tiene que desaparecer aunque sea con dinamita que tampoco funciona, (los cuetecillos de la feria de Guadalupe son más efectivos y cuestan más baratos). Como no pudieron hacerlo con la Dinamita, contrataron a “expertitos del taladro” para cortarlo por pedazos “al malecón de la vergüenza” han pasado dos meses y la obra estuvo dañada abandonada e inconclusa “y no pudieron tumbarlo” como una maldición de Packatnamu, ¡Qué Vergüenza!

“Ahora sí” el Malecón ya está sepultado pero fierros de construcción quedaron como puntas y es un peligro para los veraneantes y niños de esta temporada. ¿Pondrán cintitas amarillas de peligro 80 veces más como lo hicieron el 2012?.

El sábado cuatro de Enero del 2013 llegó maquinaria en un tráiler, se estacionaron en la parte alta y esperaron que anochezca para desaparecer al malecón de la vergüenza y trabajaron toda la noche y a las cinco de la mañana el muerto estaba enterrado, pero no todo, allí están unos fierros que sobresalen, y un bloque de cemento que no pudieron desaparecerlo.

Todos Los Guadalupanos sabemos que hubo mala intención de los ineptos, está claro que lo que se buscaba era desaparecer las evidencias de un mal trabajo profesional, al malecón lo dinamitaron, lo cortaron, le dieron combazos, como no pudieron tumbarlo, lo hicieron con maquinaria pesada, si hubiera existido buena intención solamente hubieran enterrado al malecón herido de muerte, de esta manera hubiera quedado como una defensa eterna para un sector de la Ribera de La Barranca, que perdió miles de toneladas de terreno y a la vez protegería la plazuela que también está mal construida, donde el dinero invertido por esta obra tampoco está, y para remate no tiene diseño arquitectónico ni para colocar una banca. (Las bancas que hicieron parecen cajones de muertos).

La carretera de la Barranca por la parte de arriba solo fue un ofrecimiento político y por abajo sector de Faclo Grande será un beneficio solo para los dueños de terrenos de Ciudad de Dios y Jequetepeque. Se comenta de que la Barranca tendrá categoría de Asentamiento Humano huuummmm….también se habló de colocar un enrocado como defensa en la playa ¿Dónde está?…. ¿dónde está el dinero destinado para la Asociación de Pescadores? No me digan ahora que este dinero está invertido en la destrucción del malecón, Ahora me doy cuenta por que el Cóndor ya no quiere pasar por La Barranca de Guadalupe y es que no come burros vivos aunque apesten a podrido.